Existe el viejo adagio de comerse un elefante: ¿cuál es la mejor manera? Un bocado a la vez. Es por eso que el microaprendizaje es una forma tan efectiva de entregar contenido a sus colaboradores/ alumnos. En lugar de inundar con información, el microaprendizaje la desglosa en trozos súper digeribles; tal como lo desean sus colaboradores. Desde un punto de vista neurológico, los cerebros solo están diseñados para contener tanta información a la vez. Según un estudio realizado en el Centro para la Toma de Decisiones Neurales de la Universidad de Temple, la actividad en la corteza prefrontal (el centro cognitivo del cerebro) en realidad disminuyó cuando los sujetos recibieron información continuamente. Lo que piensa que es minucioso en realidad podría ser abrumador, haciendo que el cerebro de los estudiantes simplemente se apague cuando alcance la capacidad máxima.